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Entrenamiento para personas mayores

¿Por qué un entrenador para personas mayores?

Cuando hablamos de entrenamiento para personas mayores se está haciendo referencia a lo que otros han denominado “Tercera Edad”.

Sin embargo, más allá de una definición, es muy difícil determinar cuándo fisiológicamente una persona entra en esta etapa de la vida.

Cuando hablamos de entrenamiento para personas mayores, un entrenador sabe que se va a enfrentar a la singularidad, a las circunstancias e historial de cada persona, donde de nuevo no existen dos personas iguales. Esto lo que convierta a este grupo en el más heterogéneo de todos, al existir personas que  manifiestan múltiples limitaciones físicas y otras con un estado, capacidad y rendimiento físico muy óptimo.

En general podemos decir que está demostrado que las personas mayores que practican regularmente actividad física tienen una mejor resistencia cardiorrespiratoria, un mejor control de la tensión arterial, un menor índice de grasa, más masa magra y densidad ósea, por tanto, las personas mayores más activas físicamente disfrutan de una mejor calidad de vida que las más sedentarias o que no practican acividades físicas.   

De nuevo, afirmamos que el entrenamiento y la actividad física son la mejor medicina para paliar los efectos de envejecimiento en nuestro organismo que deterioran nuestro sistema cardiovascular, nuestro sistema respiratorio, nuestro sistema nervioso o nuestro sistema musculo-esquelético, entre otros.

Beneficios del ejercicio en personas mayores

Está demostrado científicamente que hacer ejercicio físico regularmente mejora nuestra salud mental y beneficia nuestro organismo a cualquier edad. Por tanto, en el entrenamiento para personas mayores, una correcta planificación y prescripción del ejercicio físico que incluya un programa de trabajo a nivel cardiovascular, de fuerza, flexibilidad y equilibrio permitirá beneficios como:

  • Mejora el VO2 máximo.
  • Disminución de la FC en reposo y en ejercicios submáximos.
  • Mejor distribución del gasto pulmonar.
  • Disminución de la sensación de ansiedad.
  • Mejora de enfermedades mentales como la depresión.
  • Aumento de la fuerza y de la hipertrofia leve o moderada.
  • Aumento de la densidad ósea.
  • Mejora de la flexibilidad y la movilidad.
  • Prevención de caídas.
  • Es una actividad socializadora.

En todo caso, en INGUZ, antes de realizar cualquier actividad física obtendremos datos sobre la salud en general y la condición física mediante pruebas médicas realizadas.

Si en el caso de la población en general es conveniente tener resultados de pruebas tipo electrocardiograma en reposo, de esfuerzo submáximo o cuestionarios sobre salud, más aún en el caso del entrenamiento para personas mayores.

¿Cómo debe ser el entrenamiento para personas mayores?

Los programas de entrenamiento deben ser personalizados para adaptarse a la edad, a sus limitaciones, a sus necesidades o sus enfermedades.

Las circunstancias personales limitarán y determinarán variables como la duración e intensidad de las sesiones de entrenamiento, el número de sesiones semanales y la planificación.

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